ANGELUS

V. El Ángel del Señor anunció a María.
R. Y concibió del Espíritu Santo.

Ave María:

Dios te salve, María.
Llena eres de gracia.
El Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén.

V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.

Ave María:

Dios te salve, María.
Llena eres de gracia.
El Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén.

V. El Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros. [genuflexión]

Ave María:

Dios te salve, María.
Llena eres de gracia.
El Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén.

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Oremos: Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas para que los que, por el anuncio del Ángel hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz seamos llevados a la gloria de su Resurrección. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.

Amén.

Auxilium Christianorum

V. Nuestro auxilio es en el nombre del Señor.
R. Que hizo el cielo y la tierra.

Amabilísima Virgen María, tú que aplastas la cabeza de la serpiente, protégenos de la venganza del maligno. Te ofrecemos nuestras oraciones, sufrimientos y buenas obras, para que tú las purifiques, las santifiques y las presentes a tu Hijo como una ofrenda perfecta. Que esta ofrenda sea dada para que los demonios que influencian o que buscan influir a los miembros del Auxilium Christianorum no reconozcan el origen de su expulsión y de su ceguera. Enceguécelos para que no reconozcan nuestras buenas obras. Enceguécelos para que no sepan contra quién vengarse. Enceguécelos para que reciban la sentencia justa de sus obras. Cúbrenos con la Sangre Preciosa de tu Hijo para que podamos gozar de la protección que brota de su Pasión y Muerte.

Amén.

Oración a San Miguel Arcángel

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan por el mundo para la perdición de las almas.

Amén.

Oración al Ángel de la Guarda

Ángel de Dios que eres mi custodio, ya que la Soberana Piedad me ha encomendado a ti, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname en este dia/noche.

Padre Nuestro

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.

Amén.

Ave María

Dios te salve, María.
Llena eres de gracia.
El Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén.

Gloria

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

Amén.

Letanía a La Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, del Unigénito del Padre, Sálvanos.
Sangre de Cristo, del Verbo de Dios encarnado, Sálvanos.
Sangre de Cristo, del Testamento Nuevo y Eterno, Sálvanos.
Sangre de Cristo, derramada sobre la tierra en la agonía, Sálvanos.
Sangre de Cristo, vertida copiosamente en la flagelación, Sálvanos.
Sangre de Cristo, brotada en la coronación de espinas, Sálvanos.
Sangre de Cristo, derramada en la cruz, Sálvanos.
Sangre de Cristo, prenda de nuestra salvación, Sálvanos.
Sangre de Cristo, sin la cual no hay perdón, Sálvanos.
Sangre de Cristo, bebida eucarística y refrigerio de las almas, Sálvanos.
Sangre de Cristo, manantial de misericordia, Sálvanos.
Sangre de Cristo, vencedora de los demonios, Sálvanos.
Sangre de Cristo, fortaleza de los mártires, Sálvanos.
Sangre de Cristo, fuerza de los confesores, Sálvanos.
Sangre de Cristo, que engendra vírgenes, Sálvanos.
Sangre de Cristo, socorro en el peligro, Sálvanos.
Sangre de Cristo, alivio de los afligidos, Sálvanos.
Sangre de Cristo, solaz en las penas, Sálvanos.
Sangre de Cristo, esperanza del penitente, Sálvanos.
Sangre de Cristo, consuelo del moribundo, Sálvanos.
Sangre de Cristo, paz y ternura para los corazones, Sálvanos.
Sangre de Cristo, promesa de vida eterna, Sálvanos.
Sangre de Cristo, que libras a las almas del purgatorio, Sálvanos.
Sangre de Cristo, dignísima de toda gloria y honor, Sálvanos.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Ten piedad de nosotros.

V. ¡Oh Señor, nos has redimido en tu Sangre!
R. Y nos hiciste reino de nuestro Dios.

Oremos

Omnipotente y Sempiterno Dios, que constituiste a tu Hijo Unigénito Redentor del mundo, y que te es grato reconciliarte con nosotros a través de su Sangre: te suplicamos nos concedas que veneremos con solemne adoración el precio de nuestra Redención, que por su virtud seamos preservados en la tierra de los males de la vida presente, para que gocemos en el Cielo de su fruto eterno. Por el mismo Cristo Nuestro Señor.

Amén.

Conclusión para todos los días

Augusta Reina de los Cielos, Celestial Soberana de los Ángeles, tú que desde el principio has recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de Satanás, humildemente, te suplicamos que envíes tus legiones, para que bajo tu mando y por tu poder, persigan a los demonios y los combatan dondequiera que se encuentren, suprimiendo sus audacias, y los arrojen al abismo. ¡Oh buena y tierna Madre, siempre serás nuestro amor y esperanza! ¡Oh, Divina Madre! envía tus Santos Ángeles a defendernos y a expulsar lejos de nosotros al enemigo cruel. Santos Ángeles y Arcángeles, defiéndannos y guárdennos. Amén.

Sacratísimo Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros.
María, Auxilio de Cristianos, Ruega por nosotros.
Virgen Poderosa, Ruega por nosotros.
San José, Ruega por nosotros.
San Miguel Arcángel, Ruega por nosotros.
Todos los Santos Ángeles, Rueguen por nosotros.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.